
El IATA empieza a retomar su actividad investigadora paulatinamente en las últimas semanas. Hemos hablando con el personal investigador para que nos cuente cómo se recupera la normalidad y cómo ha afectado este parón a sus proyectos de investigación.
Esta semana entrevistamos a Remedios Melero
Remedios Melero, es investigadora del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, coordina el grupo de trabajo español de Acceso Abierto a la Ciencia y en la actualidad trabaja en un proyecto nacional relacionado con los datos de investigación y la ciencia abierta. Es miembro de la red temática MAREDATA, y ha sido socia del proyecto FOSTER+ (Facilitate Open Science Training for European Research) para la promoción de las políticas europeas en materia de open science y formación en temas afines.
Pregunta: ¿Cuál es el escenario actual de las publicaciones científicas y el Open Access bajo el paraguas del Open Science?Respuesta: No existe una única definición de ciencia abierta (open science) pero podríamos hablar de una concepción o visión holística de todas las etapas y actores que intervienen en la generación y comunicación de la ciencia. Transparencia, visibilidad, reproducibilidad, apertura, compartir, colaboración, participación ciudadana, son algunos de los términos implicados en la ciencia abierta. Permitir, abrir y compartir los datos de forma responsable y con reconocimiento de los creadores beneficia a la ciencia en general, ya que posibilita reutilizar datos con otros fines, añadir a nuevos sets, recalcular, etc., y permite ahorrar muchos esfuerzos tanto económicos como temporales. Las publicaciones en abierto, permite eliminar barreras de acceso a comunidades que no se pueden permitir el pago a veces abusivo por el acceso a contenidos por pago de suscripción, aumenta la visibilidad de sus contenidos y su repercusión en las comunidades científicas, propicia la colaboración entre grupos de trabajo y el acceso a la investigación se convierte en algo universal. Por ello, el acceso al conocimiento como un bien común debe garantizarse sobre todo en momentos en que este acceso pueda contribuir a la salud pública o al avance de la ciencia en general.
Las primeras revistas completamente digitales y de acceso abierto surgen a principio del siglo XXI. Existen distintos modelos de revistas open Access desde las gratuitas para lectores y autores, que además poseen licencias abiertas de reutilización, hasta las de pago por publicar. El mundo de las publicaciones no se rige por la oferta y la demanda por ello los precios tanto por acceder como por publicar no responden a las leyes del mercado habitual. Buscar nuevas formas en que se recompense por los servicios prestados y no por el acceso a los contenidos haría cambiar el status tradicional de comunicar y difundir los resultados de la ciencia. La aparición de nuevos modelos de negocio o de gestión de las revistas académicas de acceso abierto, ha sido galopante en los últimos años, modelos tipo cooperativa, como el de la OHL, en el que cada socio, las bibliotecas, pagan una cuota por revista creada. O el de pago único por publicar que inició la revista Peerj (modelo inexistente ya). El modelo de pago por publicar (APCs) es el más extendido entre las editoriales comerciales, con precios que a veces superan los 5000 dólares, es solo admisible para investigadores con proyectos que permiten este gasto como coste justificable. En lo que se conoce como Globlal South, esta licencia está lejos de ser asumible, y han optado por modelos colaborativos en la creación de infraestructuras que permitan la publicación gratuita asumiendo los costes las propias instituciones. Europa ha apostado por el open Access en sus políticas de financiación de la investigación, aunque el objetivo para el 2020 de alcanzar el acceso abierto a la producción científica todavía está lejos de alcanzar el 100%. En España si excluimos las editoriales comerciales el modelo de revistas de acceso abierto de la universidades y centros de investigación, es un modelo de revistas gratuitas y con licencias Creative Commons que permiten la reutilización de los trabajos en las condiciones que establezcan los gestores de las mismas.
P: A lo largo de estos meses de pandemia las publicaciones científicas sobre SARS-CoV-2 son muchísimas, ¿qué mecanismos se usan a nivel mundial para compartir este conocimiento que se va generando a toda velocidad?
R: Ha habido varias formas: algunas editoriales ante una emergencia como la pandemia del COVID19 han permitido que las publicaciones relacionadas con este tema quedaran en abierto. Se han creado colecciones específicas dentro de repositorios institucionales o temáticos donde se recogen artículos sobre el virus (p. e. en Digital.CSIC). Esto a su vez permite a los agregadores o recolectores de repositorios sumar contenidos que posibiliten la minería de datos e incluso aplicaciones de inteligencia artificial, para lo cual obviamente se debe tener acceso a los mismos.
La velocidad y la fiabilidad de los datos son relevantes en una situación de pandemia como en la que estamos. En este sentido, es muy importante conocer la procedencia de los datos y la calidad de los mismos. En relación con esto, caben destacar dos trabajos muy comentados en los medios de comunicación de los que los autores se han tenido que retractar. Se trata de dos artículos publicados en dos revistas muy prestigiosas en su ámbito, The Lancet y New England Journal of Medicine (NEJM), sobre el uso de la hidroxicloroquina en el tratamiento de la COVID-19, retractados debido a la falta de transparencia en la obtención de los datos y la fiabilidad y la calidad de los mismos. En este caso, el prestigio de la revista no fue suficiente para garantizar la calidad de los trabajos.
P: Durante los últimos meses algunas publicaciones han generado controversia por tratarse de preprint, es decir, publicaciones que aún no han sido revisadas por pares ¿cuál es el problema detrás de todo esto? Publicar en una revista suele ser un proceso lento ¿Por qué? ¿Se podría agilizar estos procesos?
R: Hay cierta reticencia por parte de editores y autores a hacer públicas las preprints antes de someterlas a una revista, y también hay comunidades científicas muy habituadas a hacerlo como por ejemplo los físicos de altas energías y computación cuyas preprints se llevan depositando en el repositorio temático Arxiv desde hace más de veinte años. Lo mismo ocurre en el caso de los datos de investigación como por ejemplo el GenBank en donde se depositan secuencias genéticas de diferentes especies.
La mayoría de los repositorios preprints son disciplinares, algunos permiten una peer review previa hecha por la propia comunidad científica, lo que facilita la mejora o detección de alguna incidencia. Existen también plataformas como Prereview que recolectan preprints de diferentes repositorios y permiten añadir o solicitar una revisión previa al envío del trabajo.
Otra funcionalidad de los repositorios de preprints son la publicación de overlay journals, o lo que es lo mismo, revistas que se abastecen de los trabajos previamente depositados en los repositorios y que pasan por una evaluación formal como cualquier otra. Otras dos iniciativas de mención son el recién creado repositorio de Preprints de Scielo que alberga preprints antes o después de su evaluación previa a su publicación. Otro importante proyecto piloto de la National Library of Medicine es la inclusión de preprints de aquellos trabajos financiados por National Institutes of Health (NIH) en PubMed para acelerar la visibilidad de los mismos. Además, esta misma institución ha creado un buscador para la localización de preprints relacionadas con el SARS-CoV-2, llamado COVID-19 Portfolio, procedentes de arXiv, bioRxiv, ChemRxiv, medRxiv, Research Square y SSRN. El Portfolio se actualiza diariamente, lo que permite incluir las últimas nuevas investigaciones en abierto de forma muy rápida.
En resumen, poner barreras a las investigaciones pioneras en un tema de salud como el que nos enfrenta al COVID19 supone un riesgo para la humanidad, por ello el acceso abierto a las infraestructuras, publicaciones y datos son de vital importancia en un tiempo de emergencia sanitaria, sobre todo porque la mayoría de ellas están financiadas con fondos públicos. Los repositorios de preprints fiables y que cumplen con los estándares de interoperabilidad son una alternativa para la localización de trabajos de una forma rápida y así poder acelerar el avance de la investigación sin necesidad de esperar a su publicación que generalmente suele demorarse semanas o meses.